El hombre luce una inquietante sonrisa. Y un traje aparentemente caro. Una joven cae del cielo y estalla a sus pies. Silencio. Sacude el traje sin éxito. Se lamenta ¡Taxi! Sube. Suena el móvil. Sí, ya está. Todo ha terminado.
Jesús Algora, tumbado en la cama, mira fijamente al techo. Duermevela. Silencio. Marta Sánchez, a bordo de una fragata en Abú Dabi, golpea furiosa los altavoces callados. Grita. Llora... Silencio. Lejos de allí, una pareja se apaga, vencida a los pies de una noche mágica, cuyo truco ha sido desvelado. Silencio.
Minutos antes, el hombre pulsa el botón rojo etiquetado con la palabra Música. Silencio. Silencio...
Jesús Algora, tumbado en la cama, mira fijamente al techo. Duermevela. Silencio. Marta Sánchez, a bordo de una fragata en Abú Dabi, golpea furiosa los altavoces callados. Grita. Llora... Silencio. Lejos de allí, una pareja se apaga, vencida a los pies de una noche mágica, cuyo truco ha sido desvelado. Silencio.
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